A pesar de las dificultades económicas que han menguado el presupuestos de todas las festividades de la isla, el Consell de Ibiza ha conseguido mantener el espectáculo de los fuegos artificiales de la festividad del 8 de agosto a través del patrocinio de empresas privadas.
Este año el castillo de fuegos estuvo presupuestado en 29.500 euros, de los cuales 21.000 fueron aportados por el sector privado. Space ha colaborado en esta iniciativa, que permitió prender la mecha de este espectáculo anual, que por primera vez pudimos disfrutar desde el puerto de Ibiza y Capvila.
La consellera de cultura, Pepita Costa, apuntó que «este año, con la crisis, todo es muy difícil» y confesó que el Consell valoró «la posibilidad de no tirar los fuegos artificiales, ya que podía ser una buena medida de austeridad», aunque finalmente se descartó esta posibilidad ya que la repercusión del espectáculo pirotécnico atrae a muchos turistas.
Comenzaron este año a las 24 horas desde el dique viejo del puerto de Ibiza. La ubicación se cambió para poder disfrutar de más espectacularidad al colocarse mucho más cerca del público. Para ello, la autoridad portuaria abrió las barreras situadas entre la estación marítima y el dique, para ofrecer un buen acceso al espectáculo.
Este año el castillo de fuegos estuvo presupuestado en 29.500 euros, de los cuales 21.000 fueron aportados por el sector privado. Space ha colaborado en esta iniciativa, que permitió prender la mecha de este espectáculo anual, que por primera vez pudimos disfrutar desde el puerto de Ibiza y Capvila.
La consellera de cultura, Pepita Costa, apuntó que «este año, con la crisis, todo es muy difícil» y confesó que el Consell valoró «la posibilidad de no tirar los fuegos artificiales, ya que podía ser una buena medida de austeridad», aunque finalmente se descartó esta posibilidad ya que la repercusión del espectáculo pirotécnico atrae a muchos turistas.
Comenzaron este año a las 24 horas desde el dique viejo del puerto de Ibiza. La ubicación se cambió para poder disfrutar de más espectacularidad al colocarse mucho más cerca del público. Para ello, la autoridad portuaria abrió las barreras situadas entre la estación marítima y el dique, para ofrecer un buen acceso al espectáculo.