La odisea de Space Ibiza
El verano de clubes en Eivissa ha llegado a ser sinónimo de Space Ibiza. Ninguna visita a la Isla Blanca es completa sin por lo menos vivir una fiesta en el club de Platja d'en Bossa. ¿Qué es lo que hace tan especial a esta discoteca situada en medio de un gran parking cerca de la playa? ¿Qué tipo de club es capaz de generar esa peregrinación de masas año tras año en su gran fiesta de apertura y cierre? Space Ibiza es la Meca de las fiestas de la música electrónica. El club que se ha convertido, para muchos, en uno de los lugares más divertidos del mundo.
Pepe Roselló, un amante apasionado de la ópera, es la fuerza impulsora de Space Ibiza desde sus comienzos.
Pepe ha sido dueño de clubs toda su vida, empezando con el Playboy en San Antonio ya en 1963. Cuenta que comenzó a finales de los 50 y principios de los 60 con la llegada de los primeros ‘hippies’ de EEUU, jóvenes que escapaban de las guerras de Corea y Vietnam. Sus ojos se iluminan recordando la increíble libertad musical que trajeron a la isla, una mezcla de diferentes estilos y culturas musicales, y más importante aún, su gran deseo de celebrar su amor por la música. De repente los primeros bares que se abrieron en la isla se abarrotaban para escuchar esta nueva y excitante ola musical: La Tierra, Mono Desnudo y Graffiti.
España se encontraba en aquellos tiempos bajo la dictadura de Franco, con estrictas leyes directivas sobre la importación de grabaciones extranjeras y música en vivo por grupos no españoles. La situación era tan delicada que amenazaba con llevar de vuelta este nuevo Renacimiento musical al ‘underground’. Sin embargo, en este clima represivo, un grupo de hombres de negocios ("locos por la música", en palabras textuales de Pepe) rechazaron este aislamiento: en 1973 se abrió Pachá, seguida por Es Paradís, Amnesia y Ku. A mediados de los años 80, Pepe se convenció de que el futuro se encontraba en estos grandes clubes: sólo ellos tenían la capacidad de comercializarse más allá de la isla y traer las mejores actuaciones en directo de grupos para el público.
En 1989, Pepe asumió el mando de la discoteca Space Ibiza en Platja d’en Bossa. El primer gran desafío fue cambiar la percepción que la gente tenía de la zona, primordialmente un área familiar, para atraer al público desde la ruta de las principales discotecas, de Sant Antoni (Es Paradís) a Ibiza (Pachá) pasando por la principal carretera de la isla (Amnesia y Ku -ahora Privilege-). Como completo devoto musical, Pepe sabía muy bien hasta donde podía llegar la gente por escuchar la música que les gustaba y vio el potencial de abrir cuando todos los demás habían cerrado. Las leyes españolas obligaban a todos los establecimientos a cerrar un mínimo de dos horas al día, así que Pepe decidió abrir con dos sesiones: una de noche, que cerraría dos horas, y una de día, permitiendo a la gente que volviese a entrar de nuevo.
La política de entretenimiento era un mezcla de variedades de aquellos primeros años: Mr. y Miss Space, Miss Ibiza y Formentera, grupos en directo, actuaciones de flamenco… una visión muy alejada de la electrónica de hoy. En 1991, un joven DJ inglés llamado Alex P tuvo la idea de montar una cubierta detrás del bar y pinchar para la gente de un modo más tranquilo, para que el público pudiera disfrutar de sus bebidas en una terraza Chill-Out. Dos años después se unió con Brandon Block y de ahí nació la legendaria Terraza de Space.
El resto, como dicen, es historia.
No había duda de que una fiesta más larga podía funcionar perfectamente: la cuestión era, ¿cómo hacerlo? Con una colaboración conjunta entre Darren Hughes, Danny Wittle y Space Ibiza nacieron esas maratonianas sesiones de 22 horas, desde las 8 de la mañana del domingo hasta las 6 de la mañana del lunes, con una gran cantidad de DJs diferentes y distintos estilos, dando a la gente la opción de elegir entre lo que más les gustaba y en la sala que prefiriesen. Domingo por la mañana en la sala principal, por la tarde en la Sunset Terraza... o diferentes combinaciones entre todas.
Tradicionalmente, los DJs en la terraza pinchaban detrás del bar, a la izquierda de la terraza, invisibles para quien estuviese en la pista de baile. Una tarde calurosa de domingo en agosto en 1999, para celebrar el fin de semana de Radio 1, se levantó un lugar para el Dj al final de la terraza. Carl Cox, Mousse T y Boris Dlugosch pincharon para una entusiasmada multitud.
La sesión de Carl ganó el primer premio a la mejor sesión del año de la BBC Radio Inglesa. Y comenzó a incrementarse la interacción entre Space Ibiza, los DJs y el público. Entonces la actual cabina del DJ fue construida. En el interior se dio una situación parecida, con una gran cabina al fondo de la sala principal.
No es extraño que los principales DJs, bandas y productores nacionales e internacionales consideren el club “la Meca de la electrónica”, un lugar de referencia en el que pueden expresar toda su creatividad y su amor por la música más vanguardista.
Premios que en ningún momento se han buscado deliberadamente, sino que han llegado como recompensa: como no podía ser de otro modo, se agradecen infinitamente y dan empuje a la voluntad del club de superarse con la llegada de cada nueva temporada.