Pepe Roselló, propietario y fundador de Space Ibiza. Un empresario de larga e interesante trayectoria.
Soy el decano de los empresarios de salas de fiestas junto con Pepe de Las Dalias, que junto a otros en los años sesenta fundamos la Asociación de Empresarios de Ibiza y Formentera de la cual fui presidente durante más de 20 años. Por lo tanto, te estoy hablando de una época de la cual han transcurrido 45 años. Allí empezó la música Disco, que entonces combinábamos con música en vivo, con conjuntos como los Briks, Fussion, Evolution, Lorenzo Santa María y otros.
Space Ibiza es un club, una marca, mundialmente querida y respetada. ¿Cómo se llega hasta aquí y logra uno mantenerse en la cresta de la ola?
Hasta aquí hay un gran trayecto a recorrer que empieza por un proyecto musical que una vez iniciado no tiene vuelta atrás. La música es así, te envuelve y no te deja escapatoria; siempre a más y mejor, y cuando descubres que transmites bien y llegas a un público que te acompaña emocionado entonces sólo quieres verle disfrutar y continuar haciendo lo que más te gusta.
¿Cuál es la parte más difícil de gestionar un gran club como éste?
La gestión del equipo humano, que por una parte ha de tener su inspiración y creatividad y por otra ha de coordinarse hacia un objetivo real sin tensión y con armonía.
¿Qué le llena de orgullo si echa la vista atrás y hace balance de estos 20 años?
Nuestro público.
Estos 20 años son el resultado del agradecimiento que el público ha demostrado hacia Space por las ideas y resultados que hemos puesto en práctica; Space es la mejor discoteca del mundo y, por lo tanto, es el público de Ibiza el gran merecedor de esta distinción.
Space Ibiza creó un concepto nuevo que se extendió por toda Europa, el del After Hour. ¿Qué luz se enciende en su cabeza y le lleva a abrir un local donde se puede bailar a la luz del día, bajo los rayos del astro sol?
La palabra After-Hour no me gusta porque conlleva un concepto de trasgresión, como si se tratara de algo ilegal. Hasta que cambió la normativa Space actuó siempre dentro de los horarios autorizados.
La luz que se encendió en su día fue dar respuesta a una demanda que era fácil adivinar. Si miramos culturas ancestrales el sol siempre fue símbolo de fiesta y de ritos vitales y gloriosos al dios Sol. La luna y la noche es otra cosa.
Y en sólo tres años, como recoge la prensa internacional de la época, Space se convierte en el club más famoso de toda Europa, en el sitio en el que había que estar. ¿Se imaginó en algún momento la magnitud que podría llegar a tener el invento?
Cuando por los 90 empiezan las menciones en las revistas especializadas sobre Space y su gran repercusión los primeros sorprendidos fuimos nosotros; estábamos cabalgando sobre el éxito y no nos habíamos dado cuenta. A partir de aquí llegan los premios y los reconocimientos mundiales. Tenemos en nuestras vitrinas ocho premios internacionales que dan fe de este reconocimiento. Ahora somos un clásico que nos movemos en las mismas aguas turbulentas que los demás; sin comentarios.
A pesar de ser un canto a la música, al baile y la diversión, la oferta de entretenimiento por excelencia de la isla ha cosechado numerosas críticas y no poco ataques. ¿Por qué?
Aquí hay dos factores. La Ibiza armónica y musical, bella y mágica que con la música se promociona al exterior y consigue ser el punto de referencia para todo el mundo. Y la otra Ibiza, la de los políticos, que han optado por situarse a favor o en contra según las circunstancias y les ha parecido oportuno; siempre unos contra otras en permanente lucha del bien contra el mal. Y no quiero dejar de mencionar las contradicciones que desde Mallorca se comenten con la promoción turística, igualándonos a todos e ignorando las peculiaridades de cada isla.
Space Ibiza. Del día a la noche. ¿Cómo se afronta esta transición impuesta? ¿Se ha perdido algo en el camino?
Con naturalidad. A Ibiza se le ha quitado parte de su magia con esta nueva normativa, no obstante parece que los gobernantes actuales han captado el valor añadido que la música aporta a la riqueza cultural de la isla.
¿Qué momentos memorables guarda de los que imagino han sido 20 maravillosos años?
En la fiesta del cierre de 2001, después del 11 de septiembre, le pedí a Erick Morillo que estaba en Nueva York se trajera el CD de Frank Sinatra en el que canta ‘New York New York’. Este disco se puso en la terraza por la tarde, yo lo anuncié personalmente al público como testimonio de solidaridad a la ciudad que había sufrido el atentado. La gente se emocionó, brazos en alto y estremecidos lloraron y aparecieron, no sé cómo, unas banderas americanas flotando sobre el público y a todos se nos puso la carne de gallina. La música puede decir y manifestar tantas cosas…
¿Hay algún capítulo-episodio para el olvido?
Sí, porque la manipulación de los medios es nefasta. Recuerdo el programa de A3 que fue emitido incluso repetidamente como si fuera un logro cuando realmente era un burdo montaje, nefasto para la isla.
¿A qué artistas recuerda con un cariño especial?
Reche, Toni Oneto, Juan Suárez, José Padilla, Alfredo, Alex P, Brandon Block, Sasha, Paul oakenfold, etc. Ahora hay una nueva generación de DJs, grandes nombres como Danny Tenaglia, Tom Novy, Wally López, Steve Lawler y otros, pero hay una estrella especial y sostengo el más joven y espectacular número 1 que es Carl Cox.
Aparte de su calidad musical, Space Ibiza es fascinante de un punto de vista arquitectónico.
En tiempos pasados las discotecas se instalaban en los sótanos para aprovechar espacios que mejor hubieran servido para aparcamientos y que tuvieron, ocasionalmente, nefastos resultados. En Space hemos buscado la luz, sea de día que de noche. No nos gusta encorsetar a la gente con hábitos y tendencias adquiridos de los años 70, rincones escondidos, intimidades equivocadas. Queremos ofrecer alternativas sean ambientales que musicales.
No le gusta entrar en polémica. Últimamente se habla demasiado de Space y, digamos, que con cierta ingratitud. ¿Algo que apuntar por una vez?
No quiero polemizar públicamente pero puede que llegue el momento que no haya otra alternativa. Veremos…
¿Qué pasa entre las discotecas? ¿Por qué es imposible una unión?
Cuando la unión que se presumía tenía que existir en aquella ocasión de oro para limar asperezas y armonizar actuaciones, aquello se convirtió en una encerrona para arrinconarnos y evitar que accediéramos al mundo de la noche. Todo terminó.
¿Qué opina del Ibiza Music Island?
Si se logra profundizar en el proyecto y su objetivo principal es proteger la música y los profesionales –o amateurs- y creativos que la realizan, será positivo y, por fin, la música ocupará el lugar que le corresponde como elemento cultural que es. La acción es inconmensurable, hay un campo de innovación y realización de dimensiones incalculables. Este es el regalo que reciben los gobernantes de todo el mundo de la música en Ibiza, desde los autores a los artistas, desde los músicos a los cantantes, pero a destacar sobre todo del público que nos sigue y que elige Ibiza como destino para su residencia o para sus vacaciones; un público imprescindible para la isla.
¿Concebiría usted su vida sin música, alejada de una pista de baile, de una cabina, un palco o un escenario?
Soy la persona más afortunada que conozco, un ibicenco medio-payés que consigue entrar en el Piccolo de Milán de la mano de Nina Vinky y Giovanni Streller como director; en la Scala de Milán de la mano de G. Tenconi, que me permite frecuentar a Renata Tebaldi, mi gran estrella y la mejor voz del siglo pasado, quien con Paolo Grassi me invita a una tournée acompañándola en Polonia y Rusia. He disfrutado de ratos sublimes, como los pasados con Ricardo Mutti y su bellísima esposa Cristina, que organiza los festivales de Ravena; ser invitado a la misa de Réquiem dirigida por Mutti en la catedral de San Marcos en el centenario del nacimiento de G. Verdi y al Vaticano en el concierto que la Orquesta Verdi dio ofrecido por el presidente de la República italiana Giorgio Napolitano al Papa Benedicto XVI; ver actuar a Elena Obratzova en una Carmen o una Aida en la Scala de Bolshoi… ¿Se puede pedir más? Estos son momentos. Pero la música es toda una.
Para terminar. Si Ibiza es tolerancia y libertad, Space sería…
Luz y energía. ¡Gracias Ibiza!